La bioenergía, protagonista en el debate del estado de la región de Castilla-La Mancha
Durante su intervención, José María Barreda incidió en varias ocasiones en el papel predominante que pretende dar a las energías renovables en Castilla-La Mancha. “Estar a la vanguardia en las energías renovables es abrir la esperanza para el futuro”, afirmó, y recordó que la potencia instalada ascendía a 5.365 MW en junio de este año, con una inversión de más de 10.000 millones de euros. La potencia y la inversión irán a más gracias a la bioenergía, siempre y cuando se lleven a cabo los proyectos que expuso el presidente del Gobierno castellano-manchego.
Uno de los principales objetivos que se quiere conseguir con las renovables en general y con la biomasa en particular es el de fijar población en el mundo rural, facilitando además las instalaciones de pequeña potencia, para contribuir a su mayor socialización. Este es uno de los motivos para impulsar el uso de biomasa forestal para el suministro de calefacción y agua caliente sanitaria en los edificios autonómicos, en los nuevos hospitales universitarios de Toledo, Guadalajara y Cuenca y en los nuevos centros de enseñanza de la región.
Planes también para cultivos energéticos y bioetanol
Según José María Barreda, con esta actuación “se conseguirán ahorros de costes para los hospitales, se devolverá la rentabilidad a los montes de la región, recuperando la función de suministro de fuente de calor que tuvieron secularmente, se generarán puestos de trabajo para suministrar la biomasa y servirá de prevención de incendios”.
En el futuro energético de Castilla-La Mancha también hay lugar para los cultivos energéticos y la producción de bioetanol. Barreda pretende que los planes industriales de las empresas contemplen dos tipos de proyectos: la valorización energética de la biomasa forestal y el desarrollo de cultivos energéticos en los que puedan participar los agricultores y las comunidades de regantes; y los proyectos para la elaboración de biocarburantes de segunda generación, en concreto bioetanol a partir de alcohol vínico.
En el primer caso, el ejecutivo castellano-manchego entiende que se conseguirán beneficios asociados a la mejora del coste energético de las explotaciones, la búsqueda de alternativas a cultivos de regadíos poco rentables, la reducción del consumo de agua y a una mayor rentabilidad de los montes. En cuanto a la producción de bioetanol a partir de alcohol vínico, Barreda aseguró que “se contribuye a la diversificación en el sector vitícola, consiguiendo mejorar la rentabilidad de las explotaciones”.
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