«El uso como biomasa energética revolucionará nuestros montes»
21.11.10 - 01:02 - CRISTINA VEGA | COCA.
La explotación de la superficie de pinares del municipio da empleo a más de un centenar de personas
Juan Carlos Álvarez Cabrero Alcalde de Coca
«Los propietarios forestales tienen que estar muy atentos a la especulación»
«La explotación resinera en el municipio es la mayor de toda la Unión Europea»
El sector de la resina ha sido durante siglos un claro ejemplo de cómo un aprovechamiento ordenado puede contribuir a conservar el medio natural y generar empleo en el medio rural. Coca y los montes de su Comunidad de Villa y Tierra fueron siempre un referente en ello, y de hecho, el entorno natural de la Villa, rodeada de una gran masa forestal de pinares, hizo que en siglos pasados contara con una notable industria derivada de la extracción de resina, madera y piñones, que a lo largo de los años supuso una importante fuente de ingresos no solo del municipio, sino para toda la comarca.
-¿Cuántas hectáreas de pinar se calcula que tiene el municipio?
-Más de 10.000 hectáreas de pinar resinero y piñonero, donde predomina la propiedad pública, que ocupa más de un 80 % del total de la superficie. El mayor propietario es la Comunidad de Villa y Tierra de Coca, con el monte Pinar Viejo, poblado de manera predominante por pino resinero.
-¿Qué beneficios medioambientales proporciona?
-Los mismos que cualquier otra superficie forestal. Fijación del carbono excedentario en la atmósfera, producción de oxígeno, regulación de la temperatura ambiente, fijación en el suelo de las dunas continentales, regulación hídrica, conservación y fomento de la biodiversidad, producción de materias primas naturales, etcétera. Beneficios que no son compensados por la sociedad a través de quienes dirigen la política medioambiental de un país. Las superficies forestales soportan más legislación que cualquier otro bien inmueble conocido en nuestro país y, a la vez, son los territorios que menos compensación tienen de una sociedad que la demanda constantemente. A diferencia de otras partes del mundo en las que la política mundial aboga por compensar económicamente por la deforestación, en Europa, y en especial en España, se aplica la ley para evitar la misma sin compensar en absoluto el papel de los bosques en la mitigación del cambio climático.
Abandono
-¿Qué problemas atraviesa el sector forestal de la zona?
-La primera es, sin duda, el abandono de los bosques. El propietario soporta una total pérdida de valor de sus productos forestales, que ha venido reduciéndose desde los años 80, habiéndose tomado pocas o ninguna medida eficaz para paliar este problema. Bien es cierto que los mercados o la libre fijación de precios de los productos dejan poca maniobrabilidad, pero hemos visto cómo los gobiernos han mirado para otro lado cuando catástrofes como la de las Landas inundaron nuestro país con madera que el Gobierno francés regalaba a todo aquel que la sacara de su territorio, pagando incluso por los transportes hasta 600 kilómetros fuera del lugar de la catástrofe. Estos recursos procedían en parte de los fondos comunitarios de catástrofes, los cuales no pueden utilizarse para 'sacudir la alfombra de un país en la casa del vecino comunitario'. Ello ha producido el cierre de muchas empresas del sector y la ruina de muchísimos propietarios forestales. Además, cada vez que se produce un gran periodo de incendios forestales la madera abarrota los mercados, ya proceda de nuestro país o de los del entorno. Por si fuera poco, la propiedad forestal está muy dividida en pequeñas superficies de gestión que impide aunar esfuerzos para conseguir decisiones unánimes y firmes. A ello se suma el desinterés por un patrimonio que, lejos de no dar perdidas en su gestión, sufre las consecuencias resultantes de ese abandono.
-¿Hay mucho monte sin explotar?
-La mayoría del monte en Coca esta en producción, a diferencia de lo que ocurre, en general, con las superficies forestales en general de nuestro país, que sufren el mayor abandono de los últimos 2.000 años. Las opiniones erráticas de reducidos grupos hacen que la política forestal nacional tienda a considerar los montes como algo a mantener inactivo, cerrado al uso, preservado de cualquier aprovechamiento, un territorio a observar desde lejos, un museo vivo. Hemos pasado de potenciar políticas nacionales que esquilmaban montes para convertirlos en la más potente flota marítima del pasado conocido en el mundo; arrasarlos después con el diente de la mayor carga ganadera conocida de la historia sobre unas superficies forestales (la mesta); para, ahora, apartar al ser humano de participar en la misma, como un elemento nocivo para la biodiversidad.
-¿El Ayuntamiento de Coca toma medidas para zanjar el problema?
-Por supuesto, desde Coca estamos demandando la compensación justa para todas las externalidades que producen los bosques de España: fijación de C02, producción de oxígeno, aspectos recreativos, regulación de las dunas continentales, etcétera. Por otro lado, trabajamos para que España vuelva a ser la potencia resinera que fue en el pasado. Nuestros montes están en disposición de producir una parte de las tres que toda la UE demanda en materias primas resineras, con las connotaciones de empleo que pueden tener en el país más azotado por esta lacra de toda la Unión Europea. Para el futuro a corto plazo, el aspecto energético puede que sea el más importante, económicamente hablando. La demanda de biomasa para alimentar plantas de producción de energía eléctrica, o para la producción de agua caliente, puede ser la salida al abandono de los aprovechamientos de nuestros montes. La política municipal y comarcal forestal se ha basado en poner en marcha estas líneas aquí para demostrar, con ejemplos reales, que los bosques pueden ser rentables a sus propietarios y a quienes les gestionan. Estas políticas fomentan la selvicultura preventiva, que es una de las mejores soluciones a los incendios. Sin olvidar la vuelta a la ganadería sostenible, uno de los mejores aliados para la prevención de las catástrofes forestales y el fomento de la biodiversidad. Con todo ello cambiaríamos la cultura actual de destinar los mayores esfuerzos económicos nacionales a la extinción de los incendios, por los de la preparación del monte para ser aprovechado dentro de esa sostenibilidad.
Una potencia en el pasado
-Se tiene constancia de una notable industria resinera en la antigüedad, ¿queda algún resquicio en la actualidad?
-Cauca, hoy Coca, a buen seguro comerciaba pez, un derivado básico de la resina natural, con los pueblos mediterráneos. Este era el producto utilizado para impermeabilizar los cascos de los barcos, tan importantes en el pasado. Se utilizaba para alumbrar las estancias o edificios, y para la maquinaria de la guerra. Fuimos toda una potencia energética y así lo demuestra el nivel económico caucense del pasado. En Coca existe la mayor fábrica de transformación resinera nacional, propiedad del BSCH, y desde ella se comercializan derivados de la resina a todo el mundo. La explotación resinera en Coca es la mayor de toda la UE, algo que se explica por el hecho de que en otras partes de la península no se resinen los montes, como ahora se explota en esta tierra segoviana.
-¿Para qué se utiliza actualmente la resina natural y la madera?
-Para miles de usos en el mundo. Lejos de su uso en el pasado para calafatear los cascos de los barcos, para iluminar las estancias o para pintar espacios prehistóricos como Altamira, en la actualidad se fabrican biodiésel, plásticos,pinturas, barnices, colas, emulsionantes, explosivos, cientos de productos farmacéuticos, miles de aplicaciones en cosmética, pintura, industria de los neumáticos etcétera. La madera se utiliza para usos terciarios como fabricación de pallets, construcción, industria del tablero o serrería, en menor medida. Sin embargo es, y será, la utilización como biomasa energética el que revolucione el uso de la madera de los montes segovianos a medio plazo. Por ello, los propietarios forestales han de estar muy atentos a los movimientos especulativos procedentes de grandes grupos, que ya están observándose en torno a las superficies forestales. A nadie se le escapa que todo aquel producto que sea capaz de sustituir en parte la dependencia energética del petróleo será objeto de deseo.
-¿Cuántos puestos de trabajo genera su explotación?
-En Coca se generan 70 puestos directos y 30 indirectos procedentes de la extracción de las resinas; 2 directos y 1 indirecto de la gestión de calderas de biomasa; 5 del maderero, etcétera. Un estudio que Coca ha enviado al Gobierno indica que sustituyendo todas las calderas de la Administración española se daría empleo 84.000 personas en el mantenimiento de las mismas.
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