La presentación del informe tuvo lugar el miércoles 24 en una de las sesiones del Conama 10. Un día antes, en otra cita del mismo congreso, Jesús Casas, director general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, abogó por darle más protagonismo activo al medio rural, pero desde el propio medio, diversificando su apuesta económica. “Se identifica medio rural con espacio agrario, pero solo el 9% de lo que se produce es agricultura”, afirmó Casas, para añadir que “la biomasa es un recurso económico de primer orden para un país como España”.
El Conama 10 se convirtió en el enésimo foro en el que se relatan las virtudes de la bioenergía y se exhiben y exigen medidas para su desarrollo. Raúl de la Calle, secretario del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, coordinador del grupo de trabajo que presentó el informe citado, destacó la pérdida de oportunidad que supone este desconocimiento (el de las virtudes) para el desarrollo de la bioenergía en España. Margarita de Gregorio, responsable de Energías Termoeléctricas de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), recordó el no cumplimiento de los objetivos del sector en el PER 2005-2010 y la rebaja de los mismos para el nuevo PER 2011-2020, cuando su potencial es mucho mayor.
Bioenergía: estos son sus poderes
Pero basta de lamentos. Todos los participantes en el grupo de trabajo destacaron también los efectos demostrativos (positivos) de los proyectos en marcha. Ignacio Macicior, vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas Forestales, precisó que “los cultivos energéticos desempeñan un importante papel como colchón de materia prima para los productores eléctricos y una alternativa económica muy interesante para los agricultores”. Estimó que podrían conseguirse rendimientos de 15-60 t/Ha.
Quien funcionó como una auténtica máquina de relatar ejemplos en positivo fue Antonio Gonzalo, responsable de Comunicación de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom). Mostró dos casos de calefacción centralizada con biomasa, uno en el ámbito urbano privado, en Oviedo, con 2 MW instalados para calentar 422 viviendas repartidas en varios bloques cercanos y un ahorro en combustible de más de 100.000 euros anuales; y otro en el rural municipal, en Ultzama (Navarra), con 700 kW para calentar todos los edificios municipales situados en un radio de 1 km. “Ultzama y otros municipios cercanos están absolutamente convencidos de las ventajas de la bioenergía y están embarcados en más proyectos, y hay que destacar además toda la actividad empresarial de pymes que se ha iniciado alrededor de estos proyectos”, añade Gonzalo.
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