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viernes, 18 de marzo de 2011

Una interesante iniciativa para cuidar los bosques

Bienvenidas sean iniciativas como esta, que resulta una iniciativa barata frente al riesgo de incendios. Dicho proyecto ya se dio a conocer el año pasado especialmente a raíz de los incendios tremendos que asolaron el país vecino. Hecho de forma controlada puede ser una alternativa especialmente en zonas de muy difícil acceso para realizar por el hombre y las máquinas que limpian los bosques. Esperemos la iniciativa sea realmente exitosa y genere nuevos empleos, fije la población rural y obtenga recursos adicionales mediante la venta de los productos derivados de la cabra. El artículo original lo puede encontrar aquí.

Las cabras-bombero toman los montes

La acción devoradora de estos animales puede complementar las labores habituales de prevención de incendios. Los incisivos de estos animales, acostumbrados a tronzar hierbas, retoños y ramas actúan a modo de segadora para realizar un tratamiento selvícola con un resultado más que aceptable. Así lo han demostrado durante este último año desde la Asociación de Propietarios Forestales de Valladolid (ASFOVA) y este potencial es el que pretende aprovechar ahora la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero-Douro. Su proyecto, por el que han mostrado ya su interés un buen número de municipios, es introducir 150.000 cabras en los 9.000 kilómetros cuadrados de la Raya fronteriza entre Castilla y León y Portugal.

Arranque

El municipio de Hermisende, primero que contará con su rebaño de cabras contra incendios, será la punta de lanza del proyecto. El director general de la Agrupación Duero-Douro, José Luis Pascual, se muestra convencido de la efectividad de un proyecto que se ha denominado Self-Prevention y a través del cual se pretende no sólo conservar limpio el monte haciendo pastar a las cabras, sino crear más de 550 puestos de trabajo aprovechando la carne y la leche de los rebaños.

El proyecto contempla la participación directa de los 125.000 habitantes de las 187 entidades públicas portuguesas y españolas que hay en el territorio fronterizo. Pueden contribuir a la creación de rebaños, aportar terrenos para pastos o acoger algunas de las instalaciones complementarias auxiliares que se contemplan en la iniciativas, entre ellas quince tiendas, una central de comercialización, dos mataderos, un servicio de explotación de biomasa o una plataforma logística de transporte y de distribución.

Entusiasmo

Los pueblos han acogido la idea, en la que se lleva trabajando más de un año, con entusiasmo. En la misma medida, se ha puesto de manifiesto el escepticismo de las organizaciones agrarias. Consideran difícil que se pueda encontrar profesionales para sacar adelante los rebaños dado que el sector ganadero no es precisamente un polo de atracción. "La leche de ovino-caprino se está vendiendo por debajo de coste", afirma el responsable de la Unión de Pequeños Agricultores en Zamora, Aurelio González. Además advierte de que "será difícil el pastoreo en una zona en la que no hay concentración parcelaria y en el que se corre el peligro de invadir fincas privadas".

Nada de esto desanima a los promotores del proyecto, que esperan introducir las primeras cabras en torno al mes de julio "como muy tarde", afirma Pascual. En la provincia de Valladolid ya se han visto los primeros resultados. Las 40 cabras soltadas a modo de ensayo por la Asociación de Propietarios Forestales de Valladolid en el monte El Carrascal, en el municipio de Quintanilla de Onésimo han cumplido su misión.

El coordinador del proyecto, Jesús del Río, considera "positivo" el resultado y aporta cifras. Las 40 cabras, desparramadas por una superficie de 130 hectáreas, se zamparon el 58% de la masa desbrozada en 2007 y el 67% de la que se desbrozó en 2005, llegando a rebajar algunos días cerca de 80 kilos de biomasa, hojas y tallos bajos, por hectárea y día. Un material altamente combustible en los meses de verano.

Coste

El estudio valora también el coste de un rebaño y se compara con una cuadrilla de operarios. "Realizando las mismas intervenciones, las cabras suponen un gasto de 38 euros por hectárea y año frente a los costes finales de desbroce y trituración de una cuadrilla que ascienden a 111 euros", afirma Del Río. La parte negativa, sin embargo, es que el trabajo de desbroce se realiza dos veces y la patrulla-cabra debe actuar "todos los años ya que el rebrote que aparece tras el pastoreo es muy vigoroso, por lo que es necesaria una actuación muy continuada".

Durante la experiencia, un cabrero y vecino de Quintanilla de Onésimo, Juan Ramón Jiménez, visitó todos los días el rebaño para comprobar su estado sanitario, darle agua y un aporte alimenticio de unos 300 gramos de pienso por cabeza. "No es un ganado que haya que trabajar mucho porque se alimentan ellas mismas y sólo hay que vigilarlas por si acaso", añade.

El estudio concluye asegurando que la utilización de ganado caprino para prevernir incendios forestales es una actividad sostenible, económica y social ya que permite fijar población en el mundo rural.

J. L. C. / M. A. | Zamora / Valladolid
Fuente: elmundo.e

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