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jueves, 21 de octubre de 2010

Las razones para no conseguir una expansión en España

Guía para entender las subvenciones a la biomasa


21.10.2010 G. Escribano 0

España sólo ha instalado un 9% de la potencia de generación por biomasa prevista para el año 2010. El motivo de este déficit es un viejo conocido del sector: las subvenciones estatales son insuficientes para hacer rentables las inversiones, un problema en el que las comunidades autónomas se han involucrado.

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De los 1.695 megavatios (MW) de nueva instalación prevista, sólo se han ejecutado proyectos de 152 MW. Hasta septiembre de este año, las 130 instalaciones de biomasa cubrieron un 0,7% de la demanda total de electricidad, según los datos de la CNE. La mayoría de plantas españolas están anexas a otras industrias que cuentan con el recurso vegetal y sirven de complemento a sus líneas de negocio.

El motivo del estancamiento de la biomasa es pecuniario. En lo que va de año, esta fuente ha recibido 27 millones en primas, un 4,5% del total del régimen especial (que incluye el resto de renovables y cogeneración). Por kilovatio hora producido, las instalaciones recibieron 7 céntimos, frente a los 41,3 céntimos de las fotovoltaicas. Ante este abandono del Ejecutivo, las comunidades autónomas han desarrollado su propio mapa del tesoro de subvenciones a la biomasa.

¿Por qué? Porque la biomasa es la fuente renovable que más empleo genera a la vez que retira residuos forestales que son el origen de muchos incendios.

Andalucía, Galicia y Castilla y León son las regiones que registran un mayor consumo de esta fuente debido a la presencia de empresas que utilizan grandes cantidades de recursos forestales, la existencia de un sector desarrollado y la diseminación de la población que facilita el uso de esta tecnología, según se desprende de un informe de Avebiom (Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa).

En este contexto, las tres comunidades son generosas en las subvenciones a la biomasa con fines térmicos (calderas), aunque nada espléndidas para los proyectos que impliquen generación eléctrica para la red.


Galicia financia hasta 30.000 euros de cada nueva instalación, Andalucía entre un 60% y un 80% del coste total, y Castilla y León un tope de 150.000 euros. Madrid es la región más pródiga, con ayudas de hasta 200.000 euros.

Fines eléctricos
Para el aprovechamiento de la biomasa con fines eléctricos, el mapa es muy distinto. La retribución, en general, está diseñada para favorecer la construcción de plantas, no su producción para la red. Sólo tres comunidades cuentan con subvenciones que atraigan inversores de este tipo. País Vasco financia hasta 100.000 euros de cada proyecto, Castilla y León pone sobre la mesa un máximo de 150.000 euros; y, Valencia, un 45% de la instalación.

Sin embargo, los productores de biomasa siguen demandando más recursos por el agravio comparativo que sufren con otras tecnologías menos beneficiosas para el entorno y el desarrollo económico.

En todo caso, si se cumplieran los objetivos del Ejecutivo de instalación de esta tecnología, España se podría ahorrar hasta 20 millones de euros anuales en la compra de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2).

Además, supondría una reducción de alrededor de 12 millones de toneladas de emisiones contaminantes, según los cálculos de Ence.

Las más generosas
Castilla y León
Cuenta con 150.000 euros para biomasa con fines caloríficos, 150.000 euros para los eléctricos y 3.000 euros para estudios.

Madrid
Esta comunidad sólo subvenciona los proyectos para calderas de biomasa que eviten el uso de gas natural: 200.000 euros.

País Vasco
Esta región reparte sus subsidios entre calefacción de biomasa (hasta 100.000 euros) y aprovechamiento de energía (100.000 euros).

Navarra
Pone a disposición de los inversores un máximo del 40% de una nueva instalación, con un tope de 150.000 euros
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