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viernes, 20 de abril de 2012

Las importaciones energéticas


¿Qué está ocurriendo con la energía?
En momentos en que todo lo que leemos y oímos son malas noticias, vamos a repasar los datos de la Balanza de Pagos y cuales son las principales magnitudes.
  •  Las importaciones energéticas del año pasado fueron de 56.258 millones de euros.
  •  Las exportaciones energéticas durante 2011 ascendieron a 15.099 millones de euros, alcanzando un récord de los últimos años.
  •  En el mes de enero de 2012 el saldo no energético de la balanza comercial ascendió a un superávit de 225 millones de euros frente al año 2011 que arrojó un déficit de 821 millones de euros.

Las reflexiones de estas cifras arrojan una realidad que no se acaba de percibir por parte de la población y de los mercados. España empieza a ser una potencia exportadora. He llegado a escuchar que la competitividad en España está amentando a ritmos frenéticos… hay mucho paro y lo que se produce son con niveles de empleo realmente bajos. Un hecho que es negativo, como el desempleo, lo que anticipa es una mayor contratación.
El aspecto positivo que arroja también el aumento de las exportaciones energéticas en cuanto los pasos de España son firmes en muchas industrias vinculadas a las renovables: especialmente en tecnologías eólicas y termosolares, donde España es una referencia mundial.
Por último, un aspecto negativo y una oportunidad que debería suponer un objetivo esencial para nuestro país: las importaciones energéticas alcanzan cifras record de los últimos años: 56.258 millones de euros. El volumen de importaciones decrece pero es compensado por el incremento de los precios. Resulta esencial reducir estas cifras de forma decidida. Para ello repasaremos algunos de los aspectos críticos desde un punto de vista energéticos:
  • Aumento sustancial del uso de la biomasa para usos eléctricos y térmicos. La biomasa crea empleo y es un sustitutivo a los combustibles fósiles y además crea empleo. Así mismo, fomento de la producción eléctrica y térmica procedente del biogás procedente de residuos animales. Aprovechamiento de los residuos forestales y agrícolas prohibiendo su quema y fomentar su uso térmico.
  • Búsqueda de la eficiencia energética mediante la inversión y mejora de inmuebles con fines energéticos e impulso de las Empresas de Servicios Energéticos, cuya actividad consiste en la financiación, inversión y mantenimiento de sistemas eficientes de energía basados en el ahorro de factura que hasta la fecha pagaba el cliente.
  • Céntimo verde con vistas a reducir el déficit de tarifa y promover usos alternativos de transporte.
  •  Implantación del Vehículo eléctrico: apuesta decidida por una política de fomento de su implantación.
  •  Uso transporte público y otros medios de transporte como la mejora de las infraestructuras para uso de la bicicleta en nuestras ciudades. Favorecer el uso compartido de vehículos.
  •  Apoyo a la nueva Ley de Mecenazgo en el que está previsto desgravaciones fiscales para repoblaciones forestales y limpieza de bosques.
  •  Puesta en valor de cultivos abandonados para la producción de biocombustibles y reducir las importaciones de biodiésel y etanol.
  •  Apuesta decidida por el reciclado y por un mejor uso de nuestros recursos.
  •  Mejora de los sistemas de transporte de personas y de mercancías ferroviarios frente al transporte por carretera.

Por supuesto estas medidas no son únicas: debería haber muchas más pero es un reflexión inicial. Ahora que el país está patas arriba es el momento de introducir mejoras estructurales que conseguirán ir por el camino de reducir nuestra dependencia energética. Miremos los objetivos de Dinamarca que está buscando conseguir la independencia energética de cara al año 2050.

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