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jueves, 5 de septiembre de 2013

Rentabilidad y sostenibilidad


A continuación nos hacemos eco de un artículo publicado hoy en el diario Expansión de José Cabrera, presidente del Instituto para la Producción Sostenible.
Entre ellas hace alusión a los siguientes temas transcendentales para el futuro de la humanidad:
·      No tiene porqué estar reñida la crisis económica con una disminución de los gases de efecto invernadero, sino más bien al contrario. Es un hecho que precisamente en situación de crisis se valora mucho más lo que ya tenemos y somos mucho más responsable con su uso.
·      Según la Organización Meteorológica Mundial se ha llegado a máximos históricos en concentración de gases de efecto invernadero.
·      Expone que existe sintonía total entre una producción sostenible y rentable. Una de las mayores tendencias que se producen a nivel de los países desarrolladas es el incremento de demanda de productos sostenibles y en alimentación productos ecológicos.
·      Se considera que la deforestación es uno de los mayores culpables de las emisiones de gases de efecto invernadero. La realidad es que por cada árbol que se derriba para fabricar papel o productos de madera certificada se plantan 3. Hay que tener en cuenta en este aspecto que los árboles en crecimiento demandan mayor cantidad de CO2 que los árboles de edad mucho más madura además de una mayor capacidad de reproducción. Pasa lo mismo que un ser humano, un mocetón de 16 años siempre comerá más que un anciano. Respecto a la reproducción ya conocemos bien las edades en la que los seres humanos tenemos mayor capacidad reproductiva.
·      El autor incita al consumo de productos de recursos naturales que sean de por sí renovables.
·      Como ejemplo pone a la compañía sueca SCA, que ha decidido aumentar un 1 % la superficie forestal de sus montes gestionados. Ojala en España se decidiera lo mismo para consolidar el incremento natural que se están produciendo en nuestros bosques. Incuestionablemente se crearía empleo con unos costes que en absoluto son altos ahora, dadas las posibilidades que ofrece hoy en día la técnica tanto en el proceso de plantado como en la generación de los plantones con técnicas de laboratorio muy avanzadas. En definitiva, un ejemplo a seguir. Es más el autor se aventura a asegurar que si todos los propietarios forestales siguieran esta dinámica, se lograría acabar con el problema de las emisiones.
·      Aduce como un ejemplo en el que la sostenibilidad y la rentabilidad van de la mano el de los embalajes de cartón que permite maximizar el espacio transportado. Al respecto, nos viene a la memoria la adaptación inmensa que están realizando algunas empresas de producción de cartón, como es el ejemplo de la aragonesa SAICA, en la que sus objetivos de recuperación de cartón y papel reciclado ha acabado convirtiendo en una de las empresas punteras en lo que se refiere a la recuperación de todo tipo de materiales reciclados. Es de enhorabuena y que está siendo una de las consecuencias positivas de la crisis, la capacidad de recuperación de residuos que en estos momentos tiene España, con porcentajes de reciclado más alto que algunos países nórdicos.
·      No podemos estar más de acuerdo que es una labor de todos y eso implica que se debe empezar por uno mismo. Es el mejor regalo que se puede hacer para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.
·      Desde estas líneas damos la enhorabuena al IPS: organización sin ánimo de lucro que promueve una cultura empresarial de responsabilidad hacia el medio ambiente, y su principal apuesta es el consumo y la producción sostenible a partir del equilibrio entre el desarrollo y los recursos renovables.

En el año 2011 se alcanzó el dudoso récord histórico de concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, según datos de la Organización Meteorológica Mundial. Es el momento indicado para tomar cartas en el asunto, puesto que estamos llegando a un punto de no retorno en el que, a pesar de cesar en las emisiones de CO2 hoy, los gases seguirían en el planeta durante miles de años. La única solución pasa por revertir este proceso negativo para todos.
Muchos pueden pensar que la delicada situación económica por la que estamos pasando frena, o incluso imposibilita, acciones en pro de la defensa del medioambiente. Nada más lejos de la verdad. La apuesta por una producción sostenible se da la mano con una producción más rentable. De hecho, tanto los expertos como las administraciones y las empresas son conscientes de que ser competitivos implica, por supuesto, ofrecer bienes y servicios de calidad y a un precio razonable; pero también es necesario incorporar aquellos valores que exigen cada vez más los consumidores de las sociedades desarrolladas.
Analizando de cerca la problemática, la deforestación es uno de los grandes culpables de estos índices de CO2. Tendemos a pensar que la tala de árboles para fabricar papel está detrás de este fenómeno. De nuevo, un error: por cada árbol talado para fabricar papel (o sus derivados), o productos de madera certificada, se plantan tres nuevos árboles, por lo tanto, el uso del papel en nuestras rutinas favorece que aumente la superficie forestal. Realizar un consumo sostenible que salve el planeta está al alcance de todos, únicamente debemos consumir, en la medida de lo posible, productos derivados de materias primas renovables, como las procedentes de explotaciones forestales.
BENEFICIOS
En esta tónica, SCA, la mayor empresa de explotaciones forestales de Suecia, con una superficie casi tan extensa como Galicia, 26 millones de hectáreas, ha decidido aumentar su superficie forestal en un 1% anual. Según sus cálculos, si todos los propietarios de explotaciones forestales llevaran a cabo esta misma política resolverían el problema del cambio climático e incluso lograrían que desapareciera. Eso sin contar los beneficios que tiene para la empresa el poder situar mayor cantidad de producto en el mercado.
En el día a día tenemos más casos donde observar cómo lo más sostenible es también lo más rentable. El aprovechamiento de los recursos y la optimización de los mismos implica un beneficio tanto medio ambiental como ecológico. A modo de ejemplo, emplear los embalajes de cartón, que se adaptan perfectamente a su contenido supone evitar desaprovechar espacio, evitar lo que se conoce como ?transportar aire?. Así, al optimizar el espacio conseguimos menos camiones para la misma cantidad de mercancías, lo que implica menos costes y menos emisiones. El ahorro es doble. Las soluciones están a nuestro alcance.
Son los políticos, los gobiernos, las organizaciones internacionales y los interlocutores sociales y sectoriales quienes deben concienciarse para legislar, crear políticas y establecer medidas de control para que la utopía de un planeta sano sea posible, pero sin la conciencia y la actuación ciudadana y empresarial no se logran los objetivos marcados. Y en época de crisis económica cuando los gobiernos reducen sus presupuestos, el consumo responsable es una de las principales opciones económicamente viables para lograr la sostenibilidad del planeta. Así, líderes mundiales llegaron a un acuerdo en la Cumbre Climática de Doha para prolongar el Protocolo de Kioto hasta el año 2020. Una medida esperanzadora, pero no suficiente.
A partir de la colaboración con numerosos expertos de campos muy diversos, organizaciones medioambientalistas y de consumidores, administraciones públicas y legisladores como el Instituto para la Producción Sostenible está suscitando el compromiso de las empresas por el medio ambiente de forma inteligente y constructiva.
El IPS es una organización sin ánimo de lucro que promueve una cultura empresarial de responsabilidad hacia el medio ambiente, y su principal apuesta es el consumo y la producción sostenible a partir del equilibrio entre el desarrollo y los recursos renovables. Únicamente desde la coincidencia de intereses entre productores, distribuidores y consumidores se pueden dar avances positivos.
Iniciativas como el IPS son clave para nuestro país y para el planeta, cuando la actualidad pone de manifiesto la fragilidad del Protocolo de Kioto. Es ahora más que nunca cuando hay que actuar contra el cambio climático y sumar esfuerzos para asegurar calidad de vida y progreso para nuestros hijos.